lunes, 25 de marzo de 2013

La efímera política boliviana



Al referirse a Bolivia, no es necesario escudriñar demasiado, para observar su cíclica historia de permaente conflicto. Por lo que hay un común denominador en los gobiernos nacionales, y es que casi todos  los que han fungido como tales, han utilizando al Estado y sus instrumentos, para estar en permanente guerra contra su población. Por su puesto el actual gobierno no es la excepción, ya que corre como una bestia ensangrentada, sorda y ciega, auto-convencida de lo loable de sus objetivos.

Al igual que ayer, se prioriza la política, en desmedro de la economía, hoy la parafernalia populista hace que la gestión y la administración publica asfixie y haga agonizar al sistema productivo del país. Dilapida los activos económicos, provenientes de la explotación de los recursos naturales, escenario que por definición apunta a convertirnos en parásitos de la renta petrolera, repitiendo los mismos errores históricos de la plata, el estaño, etc. Para muestra popularmente se menciona que hace falta un solo botón.

El uso abusivo e injustificado del poder, sumado a la sistemática fornicacion que sufre la institucionalidad política y jurídica del país, hace sucumbir los cimientos de nuestra Democracia. Probablemente incide la dura formación política, el ideario cultural o académico, lo cierto es que al mejor estilo de Don Quijote de la Mancha, la paranoia política de algunos de los actuales Generales y Mariscales de Campo, del Movimiento al Socialismo, los ha llevado a creer que son los emancipadores del siglo XXI. Clima que los ha hecho reconocer a los muertos en Sucre, como parte de un parto doloroso pero luminoso, declarando día de gozo y festejo han brindado con la sangre de los caídos.

Tanto las reformas sociales (inclusión social), como la redistribución del poder (autonomías plenas), son reivindicaciones legítimas e  históricas, que cuentan con una base social amplia y altamente cohesionada, en este sentido no importa si el uní-lateralismo proviene del gobierno central o en si en su defecto fuesen las regiones. Este escenario se vislumbra como la antesala del punto de bifurcación, desarrollado por la teoría del caos. Y que pareciera que algunos quieren poner en práctica, ya que cabalgan en esa dirección sobre grupos de presión e interés, que ejercen como milicianos de  vanguardia, esperemos que la retaguardia no este dotada de sables y arcabuces. Se me crispan los pelos solo de repasar en los viejos diarios, que aviones de la fuerza aérea, eran utilizados para ametrallar a los opositores de regimenes totalitarios  y dictatoriales.

Demás esta mencionar que atravesamos una profunda crisis política, esperemos que una vez mas, los bolivianos nos reinventemos, que migremos hacia una democracia plural y participativa, con ciudadanía plena. Sin importar las preferencias políticas de aquellos que tocan tambores de guerra, les recuerdo que ningún ciudadano le debe obediencia a un gobierno tiránico. Que los gobiernos mas nefastos y las dictaduras mas crueles han sido derrotadas por ciudadanos comunes, escasa o nulamente armados.


Texto: Romano Paz

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