miércoles, 25 de marzo de 2015

De cumbre en cumbre



Ante la inesperada consulta que me planteo un colega-: ¿Cuál es su valoración sobre la tan mentada cumbre?, me vi obligado a esbozar algunos planteamientos, que comparto en las siguientes líneas.

Mi primera afirmación fue la siguiente; hemos entrado en una nueva era, el mundo ha cambiado para siempre y nunca más volverá a ser el mismo, lo que provoco que arrancara un par de risas, entonces me propuse argumentar con mayor seriedad.

De ser correcto mi anterior planteamiento un tanto profético, debemos esperar que a diferencias de las muchas anteriores declaraciones emitiditas al finalizar cada una de las cumbres del G77+China, la declaración de Santa Cruz no sea un decálogo más de buenas intenciones. Para lo que debemos esperar inevitablemente el paso del tiempo, ¡admito que espero estar equivocado!

Como datos anecdótico, me pareció gracioso escuchar al vice ministro de culturas Pablo Groux argumentar que le cambiaron el nombre al pabellón USA de la Fexpocruz, porque no podía recibir a sus invitados anti-imperialistas en un salón con el nombre del imperio, justo el mismo día en que el presidente del Estado Plurinacional dotaba a la policía de 8 motos Harley Davidson (marca icónica del imperialismo norteamericano),  para que sirvan de escolta presidencial de los invitados especiales, debo admitir que la whipala se veía soberbia al adoptar un aire de rockstar-plurinacional en las Harleys.

A lo anterior, debemos de acotar la frase del presidente de Uruguay; José Mujica, que hablo de “acabar con la cultura del despilfarro”, mientras su homologo de Bolivia, en contra sentido, se encargo de obsequiar joyas de oro y plata de primer nivel a los principales representantes de las delegaciones. Me parece que el oficialismo debe de cuidar estos detalles para no caer en el pragmatismo, caso contario estamos frente al vaciamiento ideológico del MAS, lo que significaría el inicio de su declive.

Por otro lado, hay que destacar que los tres niveles de gobierno trabajaron de manera conjunta detrás de un objetivo en común, se invirtieron recursos extraordinarios e inesperados para diezmar las deficiencias en infraestructura, salud y seguridad, me parece que con unas tres cumbres más, se acabarían nuestros principales problemas.

Si apostáramos de la misma manera, por ejemplo; por el turismo, otra sería la historia de Santa Cruz y la de Bolivia, mientras esto no ocurra, los ciudadanos debemos atenernos a que nuestras necesidades se solucionen; ¡de cumbre en cumbe!

Texto: Romano Paz

viernes, 20 de marzo de 2015

Correr nos hace humanos

Se dice que Lucifer cayó a la tierra durante nueve días en forma de una bola de fuego cuando fue expulsado por Dios del cielo; en analogía, nosotros caímos de los árboles en un santiamén y de inmediato nos vimos frente a la encrucijada de aprender a caminar sobre nuestros dos pies. Una vez superada la desafiante prueba, motivados por el instinto de supervivencia, aprendimos a correr para escapar de los distintos desastres naturales y de los múltiples depredadores que se cernían y abalanzaban sobre nuestra especie en un medio que se nos presentaba tremendamente hostil.

Pero sucedió un quiebre histórico, en una acción desesperada y casi suicida, nos armamos de valor y comenzamos a correr portando palos y piedras detrás de otros animales para cazarlos, así fue que asistimos a nuestra iniciación como predadores. En ese preciso instante, la increíble máquina humana había culminado exitosamente la programación de un importantísimo software en nuestro código genético, el sentido simpático, que nos predispone para atacar o escapar, mecanismo que se activa de manera involuntaria en situaciones de amenaza a la supervivencia.

Con el sentido simpático configurado en nuestro código genético, nos hicimos con un arsenal de armas químicas, entre otras, adrenalina y endorfinas, gracias a ellas cambiamos nuestro carácter y, por consiguiente, el destino de nuestra civilización; el mundo nunca más volvería a ser el mismo. Se desencadena otro quiebre histórico, se da inicio a la interminable pugna planteada por el ‘materialismo histórico’, que se basa en explotación del hombre por el hombre, pues quien no logra sobreponerse por la vía de la fuerza ni escapar a determinada realidad dada, debe someterse, voluntaria o involuntariamente, al orden imperante, antagonismo que solo culminará cuando llegue el fin de los tiempos para nuestra especie.

Correr en nuestros días se ha vuelto una disciplina deportiva, que, al contrario de cualquier otro deporte, no necesita absolutamente nada para practicarlo, solo basta con seguir nuestro instinto básico de supervivencia. Para muestra un botón: el etíope Abebe Bikila ganó corriendo descalzo la medalla de oro en la maratón de Roma en 1960.

Y es que corrimos durante miles de años explorando, poblando y conquistando los cuatro puntos cardinales del globo, pero la gloriosa era de los corredores sería eclipsada por el advenimiento de la rueda, invento que transformaría nuevamente a la humanidad, pero en un brevísimo periodo de tiempo, pues con ella llegarían diferentes medios de trasporte que harían más fáciles y llevaderas nuestras tareas cotidianas. De la rueda al smartphone hay un solo paso, ambos vinieron para facilitarnos la vida; en cambio, correr nos hace humanos.

Texto: Romano Paz

De lo nacional a lo local, pólvora mojada

En Santa Cruz de la Sierra, la votación del 29 de marzo no se centrará para nada en las propuestas electorales de los candidatos, sino en su carisma y aceptación popular, es decir, un populismo puro y duro.

La Razón (Edición Impresa) / Romano Paz
00:01 / 15 de marzo de 2015

Para nadie que se precie de entender la “realidad nacional” boliviana en los albores del siglo XXI, le resulta ajeno el hecho de que en la última década hemos asistido a un cambio de época en el país, esto con mucho mayor énfasis en lo concerniente a las grandes ligas de la política nacional, es decir, el nivel central de gobierno.

A grandes rasgos, se puede afirmar que hemos dejado atrás el modelo de Estado liberal que le dio forma al país durante las dos últimas décadas del siglo XX, modelo que se caracterizó por una sistemática reducción a mínimos históricos del aparato burocrático estatal. Cabe mencionar que durante este periodo se experimentaron de manera sucesiva déficits fiscales que inflaron nuestra ya enorme deuda externa, situación que obligaba a los gobiernos de turno a hacer un uso racional de los pocos recursos con los que se contaba, hecho que resultaba ser un detonante que, de manera cíclica, incendiaba la holística y compleja efervescencia social que caracteriza a nuestro país (este último fenómeno se mantiene invariable).

CAUDILLOS. Otra de las características del anterior periodo fue el hecho de que se alternaron en el nivel central de gobierno caudillos de tamaño medio, mismos que en ninguno de los procesos electorales  lograron obtener la mayoría simple del 50 por ciento más 1, por lo que se propició una “democracia consensual”, en la que se conformaron grandes coaliciones de gobierno que incorporaron a fuerzas políticas minoritarias, a efecto de que el circunstancial oficialismo logre tener algo de gobernabilidad.

Pero todo ciclo llega a su epílogo y el periodo neoliberal no fue la excepción, tal como afirmara Alexis de Tocqueville: “En política, a veces, lo más difícil de apreciar y comprender es lo que sucede frente a nuestros ojos”; Y el cambio de época sobrevino como un alud que nadie divisó y que terminó sepultando a una buena parte de la clase política. Emergiendo en paralelo el neo-caudillismo de Evo Morales que de inmediato se proyectó en el escenario nacional. Este caudillo alzaba otras banderas y se empoderaba con otro discurso el 22 de enero de 2006; la revalorización de lo “nacional popular” (bandera política del MNR histórico), el indigenismo, una marcada posición ideológica globofóbica (el rechazo por la globalización, teniendo como máximo exponente a Estados Unidos y sus aliados) y el rechazo por la implementación de autonomías en Bolivia, esto último, por lo menos en el oriente del país, le sigue pasando factura política en las elecciones subnacionales de gobernadores y alcaldes.

En esta nueva época, que ha traído también una nueva Constitución Política del Estado, los bolivianos, no hemos tenido otro presidente que no sea Evo Morales, quien acaba de estrenarse en su tercer periodo de gobierno, por lo que también ésta es su época. Este periodo se ha caracterizado por amplios márgenes de gobernabilidad, gracias a la “democracia mayoritaria” instaurada por Morales, esto como resultado de los amplios márgenes de votación con los que ha salido electo y que le han permitido controlar los dos tercios en ambas cámaras de la Asamblea Legislativa Plurinacional, durante los dos últimos periodos.

En este contexto, Morales en una primera instancia se opone de manera radical a la instauración de autonomías en Bolivia, posteriormente y luego de sendas derrotas, cambia de discurso de forma inteligente y pragmática, arropándose hábilmente la reivindicación autonómica, antes de ser aplastado por el tren de la historia. Éste es el periodo de mayor polarización política en el país y en el cual el Ejecutivo nacional comenzó a ejercer el poder de manera abusiva e injustificada contra las principales cabezas de la oposición: se destituyeron y apresaron a autoridades democráticamente electas, se utilizó el caso de supuesto terrorismo para descabezar a la oposición, infringiéndole una derrota política y militar; generando un clima de resistencia y rechazo hacia el MAS, algo que se ha disuelto medianamente en la última elección nacional gracias al acercamiento de Morales con los sectores empresariales cruceños.

A lo anteriormente expuesto, se deben de sumar otros dos factores: 1) no se ha ejecutado ninguna obra de impacto financiada por el Ejecutivo nacional en el municipio de Santa Cruz; y, 2) debido a las sucesivas pugnas y purgas internas del MAS, no se ha permitido que emerjan “caudillos” oficialistas de carácter local y mucho menos regional, pues podrían hacerle sombra al “jefazo” y disputarle el liderazgo del instrumento político en el mediano plazo.

Ante los múltiples e incesantes embates oficialistas, los partidos políticos de oposición y los distintos grupos de poder, han encontrado en los niveles de gobiernos subnacionales sus espacios naturales de supervivencia y reproducción del poder, mientras aguardan la oportunidad de reorganizarse y dar el gran salto al escenario nacional.

Finalmente, a todo lo anterior se debe que en Santa Cruz estemos frente a unas elecciones municipales con resultados cantados con antelación (más acentuado aún en las departamentales), fenómeno característico de la nueva era en que nos encontramos. Por lo que la votación del próximo 29 de marzo no se centrará para nada en las propuestas electorales de los candidatos, sino en su carisma y aceptación popular, es decir, un populismo puro y duro en el que la trilogía de los Fernández, le lleva una ventaja de más de dos décadas al “candidato prestado” del MAS, por lo que resulta casi irrelevante la artillería propagandística que pueda disponer el partido oficialista, pues su pólvora esta mojada y deberá resignarse al premio consuelo del tercer lugar, salvo que ocurra un seísmo político que altere la correlación de fuerzas, que de momento se mantienen céteris páribus (latín: ‘permaneciendo el resto constante’, ‘todo lo demás constante’).