viernes, 12 de junio de 2015

​ La reelección indefinida, una tiranía añeja



Antes de que se logre instaurar Estado de Derecho basado en la democracia pluralista y las libertades fundamentales, se genero un profundo debate entre dos bandos. Por una lado estaban los acólitos del establishment de la época y que demás está decir, se beneficiaban del statu quo, por lo que de manera descarada argumentaban ideológica e intelectualmente a favor de que el monarca detente poderes ilimitados, es decir que este no debía rendirle cuentas al pueblo y mucho menos a la decadente iglesia, el rey era la encarnación divina de ley, por ende solo debía rendirle cuentas a Dios, en resumidas cuentas, el monarca era plenipotenciario y el Estado se encontraba donde pisaban las suelas de sus zapatos.
Como contraparte, estaban aquellos que cuestionaban la posibilidad de que el rey se convierta en tirano, en este caso el pueblo debía poder quitarle el poder al “soberano”. Otros más osados argumentaban que el poder era entregado al pueblo por mandato divino, este lo cedía al rey, y si este era abusivo, debía de ser ajusticiado.
Este fértil debate contribuyo al surgimiento del Humanismo y el Renacimiento, corrientes de pensamiento que plantearán que el ser humano pase a ser el centro de atención en todos los campos del saber. En la dimensión jurídica y  política se rescatarán las principales instituciones greco-romanas, entre las que destacan; la democracia, el modelo republicano con la independencia de poderes y su respectivo sistema de frenos y contrapesos para imponerle límites  ejercicio del poder.

De lo anterior, han pasado más de dos siglos, pero Bolivia lleva poco más de tres décadas de haber reinstaurado la democracia. Sin embargo, a la fecha nos encontramos frente a un proyecto autoritario y prorrogista, que ha allanado el camino copando las principales instituciones para eternizarse en el poder bajo la figura de la reelección indefinida, esto muy a pesar de que la constitución de 2009 niega expresamente esta figura que es absolutamente antidemocrática, y que además se venía venir de manera implícita, pues había sido denunciada anticipadamente por un amplio espectro de cientistas sociales, líderes de opinión, actores políticos, periodistas críticos y finalmente advertida por buena parte de la ciudadanía.

Lo único novedoso en la actual encrucijada, es que los diversos grupos de poder que se han enroscado y fortalecido gravitando alrededor del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), finalmente han develado de manera descarada sus pretensiones ilegales y antidemocráticas. Sobre este punto, me parece oportuno citar un extracto del mensaje de Simón Bolívar al congreso constituyente de Bolivia de 1826; ¡Legisladores! Vuestro deber os llama a resistir el choque de dos monstruosos enemigos que recíprocamente se combaten, y ambos os atacarán a la vez: la tiranía y la anarquía forman un inmenso océano de opresión, que rodea a una pequeña isla de libertad, abatida perpetuamente por la violencia de las olas y de los huracanes, que la arrastran sin cesar a sumergirla. Mirad el mar que vais a surcar con una frágil barca, cuyo piloto es tan inexperto. 

Texto: Romano Paz