jueves, 28 de febrero de 2013

Sol: Apogeo y Declive


El verano presente se va extinguiendo, estación del año que por cierto es el máximo apogeo del “Sol Invictus”, vocablo latín que traducido al español significa; “Invencible Dios Sol”. Cabe destacar que esta era la deidad particular del ejército Imperial Romano. El Sol como Astro es inconsciente de su existencia, por lo que no posee ni vida ni muerte, pero ha sido y es venerado por muchas culturas del globo, entre sus muchos nombres figuran: Apolo, Helios, Inti, Dios de los Báculos o Wiracocha, en fin la imaginación es él límite, y como entenderán, no hay límites.


Los mitos y leyendas han sido utilizados por muchas civilizaciones para explicar fenómenos naturales y sociales que resultan ser atemporales.

“Thor” por ejemplo es el Dios del trueno, mientras que el cuento de “Juanito y el lobo” es una manera didáctica de enseñarle a las personas que suelen mentir de manera frecuente, que estas sistemáticamente van perdiendo toda credibilidad, al punto que las verdades en boca del mentiroso se vuelven inexorablemente una mentira, a este cuento bien podemos acotarle el refrán popular de: hazte fama y échate a la cama. 


Al ser humano le sobra creatividad, y bueno mientras el Sol es venerado como el Dios dador de la luz que prende el fuego de la sabiduría, también este tiene su contraparte en la penumbra, que es representada por los dioses de la oscuridad, mismos que son los encargados de prender el fuego de las pasiones, el placer y el mundo carnal.


Además de las deidades supremas, también hemos creado “Dioses Menores”, entre estas deidades figuran algunos dioses que son los encargados de acarrear las almas al inframundo.

Por ejemplo los griegos solían llamar “Aqueronte” a la divinidad encargada de ejecutar tan funesto destino, los cruceños no somos ajenos a estas creencias, pues en el contexto colonial para un personaje similar acuñamos el nombre de: “Carretón de la Otra Vida”. 


Aquí podemos citar también al Duende, que tampoco es originario del oriente boliviano, pues este personaje en Europa es representado generalmente de frac, mientras que localmente es representado descalzo, vestido con una sotana blanca y un sobrero é sao. En síntesis: similares deidades, distintos contextos sociales.   


Finalmente, el Sol es un Dios ingrato y vengativo, pues con el verano se lleva mi cátedra de Filosofía, me arrebata la luz que me ilumina. Pero me deja un regalo muy íntimo, las vides bien cargadas y rebosantes de taninos.


Y que mejor manera de devolverle la afrenta que rendirle tributo a su hermano y némesis “Dionisio”, también conocido como Baco, por lo que en breve me estrenaré en una cátedra de “Vinos y Maridaje” para estudiantes de gastronomía internacional. Que viva el otoño y el declive de Sol Invictus.   


Texto: Romano Paz