Al referirse a Bolivia, no es
necesario escudriñar demasiado, para observar su cíclica historia de permaente conflicto. Por lo que hay un común denominador en los gobiernos nacionales, y es que casi todos los que han fungido como tales, han utilizando
al Estado y sus instrumentos, para estar en permanente guerra contra su población.
Por su puesto el actual gobierno no es la excepción, ya que corre como una bestia
ensangrentada, sorda y ciega, auto-convencida de lo loable de sus objetivos.
Al igual que ayer, se prioriza
la política, en desmedro de la economía, hoy la parafernalia populista hace que
la gestión y la administración publica asfixie y haga agonizar al sistema
productivo del país. Dilapida los activos económicos, provenientes de la explotación
de los recursos naturales, escenario que por definición apunta a convertirnos
en parásitos de la renta petrolera, repitiendo los mismos errores históricos de
la plata, el estaño, etc. Para muestra popularmente se menciona que hace falta
un solo botón.
El uso abusivo e injustificado
del poder, sumado a la sistemática fornicacion que sufre la institucionalidad
política y jurídica del país, hace sucumbir los cimientos de nuestra
Democracia. Probablemente incide la dura formación política, el ideario
cultural o académico, lo cierto es que al mejor estilo de Don Quijote de la Mancha, la paranoia
política de algunos de los actuales Generales y Mariscales de Campo, del Movimiento
al Socialismo, los ha llevado a creer que son los emancipadores del siglo XXI. Clima
que los ha hecho reconocer a los muertos en Sucre, como parte de un parto
doloroso pero luminoso, declarando día de gozo y festejo han brindado con la
sangre de los caídos.
Tanto las reformas sociales
(inclusión social), como la redistribución del poder (autonomías plenas), son reivindicaciones
legítimas e históricas, que cuentan con
una base social amplia y altamente cohesionada, en este sentido no importa si
el uní-lateralismo proviene del gobierno central o en si en su defecto fuesen
las regiones. Este escenario se vislumbra como la antesala del punto de
bifurcación, desarrollado por la teoría del caos. Y que pareciera que algunos
quieren poner en práctica, ya que cabalgan en esa dirección sobre grupos de presión
e interés, que ejercen como milicianos de
vanguardia, esperemos que la retaguardia no este dotada de sables y
arcabuces. Se me crispan los pelos solo de repasar en los viejos diarios, que
aviones de la fuerza aérea, eran utilizados para ametrallar a los opositores de
regimenes totalitarios y dictatoriales.
Demás esta mencionar que
atravesamos una profunda crisis política, esperemos que una vez mas, los bolivianos
nos reinventemos, que migremos hacia una democracia plural y participativa, con
ciudadanía plena. Sin importar las preferencias políticas de aquellos que tocan
tambores de guerra, les recuerdo que ningún ciudadano le debe obediencia a un
gobierno tiránico. Que los gobiernos mas nefastos y las dictaduras mas crueles
han sido derrotadas por ciudadanos comunes, escasa o nulamente armados.
Texto: Romano Paz
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