El problema de la
“izquierda democrática”, es justamente la democracia, ya que su ADN es
marcadamente autoritario e intolerante con todas las voces críticas y
disidentes. En los países donde ha llegado al poder y ha ejercido su autoridad
sin hipocrecías, ha gobernado y gobierna con puño de hierro, polarizando a la
sociedad bajo el antagonismo de amigo enemigo, creando enemigos internos y
enemigos externos, o estas con nosotros, o contra nosotros, se trata de una
visión monocromática de la vida, o blanco o negro, sin puntos intermedios.
Sin embargo se puede
afirmar que quien no tiene un mínimo de apego por el discurso socialista no
tiene corazón, ya que su cosmovisión de la vida plantea un mundo ideal de
redistribución de la riqueza donde no existen clases privilegiadas, al punto de
que debemos de prescindir del Estado, y si hay algo que le encanta a la
izquierda, es el Estado, porque no se pude tener el control de masas sin este
instrumento.
Cuando la realidad utópica
que nos plantean se pone en práctica, inevitablemente degenera en una distopía,
la clase privilegiada se aferra al poder (la democracia para ellos es solo una
herramienta para acceder al gobierno, no es para cederlo), y como este embriaga
y corroe hasta a los espíritus más nobles (no en balde se limitan el número de
mandatos y se ha establecido un sistema de frenos y contrapesos), estos
individuos caen en el los mismos vicios que tanto le criticaron a sus vecinos
de la vereda de enfrente, patrimonialización de la cosa pública, tráfico de
influencias, corrupción y el uso injustificado de la fuerza, esto último
mediante un sistema de premios y castigos que son aplicados de manera colectiva
y selectiva.
Lo anteriormente descrito,
genera naturalmente indignación por parte de los gobernados, generando una
corriente de opinión publica de fuerte rechazo a la política dominante y hacia
sus gobernantes. Bronca que se convierte en un voto castigo que muchas veces es
canalizado por caudillos o líderes mesiánicos que entre muchas otras cosas,
proponen dar un golpe de timón, y aunque este viraje significa salta de la
sartén al fuego, lo que busca el electorado es castigar al partido gobernante y
sacarlo de su trono de oro, bajarlo de su nube, ya habrá tiempo de lidiar con
el gobierno entrante.
Si a lo anterior le sumamos
que la política desde el punto de vista histórico tienes sus ciclos, que el
cuarto de hora de la izquierda se termina, que su fiesta se resfría y se encuentra
en la etapa terminal del trasnoche, que estamos en la época de la anti-política
donde lo que está de moda son los políticos rockstar que maravillan a las masas
con sus discursos estrafalarios e incoherentes, estamos ante un nuevo
escenario, una nueva tendencia., y resistirse a la historia es casi imposible,
salvo que se haga a punta de plomo. La realidad es a todo color y en Ultra Alta Definición (UHD).
Texto: Romano Paz
Columna Publicada en la edición 125 de la revista Poder y Placer, en diciembre de 2018.