miércoles, 10 de mayo de 2017

El MAS frente al indeterminismo cuántico


 Luego de más de 10 años de gobierno, se ha materializado la cooptación de los óranos de poder por parte del ejecutivo, la acumulación económica y política del entorno palaciego, además de tres reelecciones, esta última se da gracias a una interpretación del TCP que no contabiliza el primer periodo presidencial de Morales, al haberse “refundado” el país a partir de la constitución de 2009, texto constitucional que fue aprobado en 2009 mediante un referéndum nacional con el 61,43 % de los votos válidos y que en su artículo 168 indica que las dos Máximas Autoridades Ejecutivas solo pueden ser reelegidas una sola vez, es decir que un ciudadano en el ejercicio del derecho al sufragio pasivo (derecho a ser elegido),  puede postularse de manera indefinida a la presidencia o vice presidencia del Estado Plurinacional, siempre y cuando no haya sido elegido para tal cargo en dos ocasiones anteriores, indistintamente de si culmino o no su periodo de gobierno, queda constitucionalmente inhabilitado para ejercer un tercer periodo, esto asumiendo que Morales se encuentra ejerciendo el segundo mandato y no el tercero, gracias a la interpretación grosera del TCP, que dicho sea de paso, la mentada interpretación es uno de los candados que impide la re-postulación de Morales en 2019, ya que el TCP no puede pronunciarse dos veces sobre un mismo tema, se dice que “no hay inventor que no se joda con su propio invento”.

El otro candado es el referéndum del 21-F, en el que el soberano se pronunció de manera específica y vinculante (de cumplimiento obligatorio), para que estas dos autoridades no puedan ser reelectas dos veces de manera contínua. ¡Menudo lío en el que se han metido!

Como la política ha demostrado a lo largo de la línea del tiempo que  es la ciencia de lo posible, hay una serie de aprendices de brujo que pretenden sacar del sobrero la re-postulación de Morales en 2019, las soluciones mágicas van desde una interpretación constitucional del “derecho a ser elegido”, que es justamente el derecho que le vulneraron a los 228 candidatos de UD-Beni en las elecciones subnacionales  de 2015 (prácticamente una semana antes del proceso electoral), hasta la teoría que de Morales queda habilitado si renuncia minutos antes de que se cierren la inscripción de candidatos, como bien diría Buzz Lightyear: «“Hasta el infinito... ¡y más allá!». 

Ahora bien, más allá del bien y del mal, un reacomodo de las fuerzas políticas, siempre generará ganadores y perdedores, por lo que los “grupos de poder” incrustados en la amalgama oficialista verían afectados sus intereses, inexorablemente estarían forzados a renegociar sus privilegios (beneficios económicos, políticos, culturales, sociales e inclusive su existencia como tal), con la nueva estructura de poder, esto con resultados siempre impredecibles. De allí emana la imperiosa necesidad de mantener el statu quo, un fin que obedece al instinto básico de supervivencia.

Finalmente, debido al vaciamiento ideológico fomentado por la búsqueda descarada del poder por el poder, el MAS ha perdido la autoridad moral que otrora vanagloriaba y ha tirado a la basura los grandes mitos y las falsas promesas que antes pregonaba a viva voz (anti-capitalismo, defensa de la madre tierra, etc.), por lo que están sometidos al indeterminismo cuántico, es decir que asisten en primera fila al irreversible curso de la historia, desenlace al que tratan de oponerse contra viento y marea, el implacable y derrotero tiempo es el juez.
 
Texto: Romano Paz

En Santa Cruz, la disputa es muy reñida



Inicialmente se debe de considerar que las tres fuerzas políticas más importantes en el municipio de Santa Cruz son el Movimiento Al Socialismo (MAS), el Movimiento Demócrata Social (MDS), y la agrupación ciudadana Santa Cruz Para Todos (SCPT), sin embargo la evidencia demuestra que en este municipio el MAS históricamente ha hecho otra que acumular sendas derrotas en las elecciones subnacionales, fenómeno que se ha replicado en las elecciones nacionales (la última derrota fue la del referéndum del 21-F), tendencia que se ve claramente reflejada en la muestra, ya que su pre-candidato Carlos Romero tiene un margen escaso de la preferencia electoral, recibiendo su mayor respaldo en los niveles socio económicos más bajos (15,8%), pero muy distante de la preferencia electoral que tienen Percy Fernández (35%), y Rubén Costas (32,8), en ese mismo nicho electoral.

De concretarse este escenario electoral, el MAS es la fuerza política más resistida en las clases medias, por lo que el voto indeciso de este nicho electoral migraría hacia el candidato del MDS o en su defecto hacia el candidato de SCPT, por lo que en un virtual escenario de polarización y confrontación, la clase media sería la que inclinaría la balanza a favor del candidato ganador, esto en una partida de ajedrez muy reñida. 

Por otra parte, la re-postulación de Percy Fernández depende de la modificación de la CPE que se encuentra tratando de materializar el MAS para habilitar la reelección indefinida de las máximas autoridades ejecutivas en todos los niveles de gobierno, de allí emana la afinidad pragmática que proyecta un posible escenario de alianza natural ente SCPT y el MAS, amén de que este último no cuenta con el respaldo electoral ni con un candidato potable para disputar este sillón edil, por lo que de no concretarse dicha coalición, la alternativa del MAS sería encarar las elecciones con un candidato invitado, como ya lo ha hecho en el pasado.   

Finalmente, en el hipotético caso de que las próximas elecciones subnacionales fueran este año, con Costas como candidato del MDS y sin Fernández como candidato por SCPT, el MDS se haría con la victoria en las urnas con holgura.
 
 
Texto: Romano Paz