El tema del
enclaustramiento marítimo boliviano, ha sido usado a mansalva por todos los
gobiernos de turno;
1) para levantar cortinas de humo y de esta manera distraer la atención pública, 2) para tratar de levantar la legitimidad de un régimen,
3) para levantar la imagen del gobernante de turno, y
4) para despilfarrar sin sentido el dinero de los contribuyentes, ósea…, el de todos nosotros.
1) para levantar cortinas de humo y de esta manera distraer la atención pública, 2) para tratar de levantar la legitimidad de un régimen,
3) para levantar la imagen del gobernante de turno, y
4) para despilfarrar sin sentido el dinero de los contribuyentes, ósea…, el de todos nosotros.
La posición chilena sobre
el tema marítimo se ha mantenido inequívocamente en un contundente No, así de
sencillo; No, o es que lo bolivianos No entendemos, o No tenemos memoria
histórica.
Tres vías tiene Bolivia para
salir soberanamente al Mar;
1) incrementar la musculatura económica y
comercial, en lo que nos queda mucho trabajo por hacer, pues debemos considerar
que Chile mantiene un ritmo de crecimiento económico similar y a veces superior
al de Bolivia, a ello se debe que su que su PIB sea virtualmente 10 veces más
que el nuestro, además de que las exportaciones chilenas solo en vino, frutas y
salmón; son equiparables al total de las exportaciones bolivianas.
2) Incrementar la
musculatura militar (que espero ni en sus más salvajes sueños se le ocurra a
este, ni a ningún otro régimen entrar en una carrera armamentista), cosa que
pasa previamente por incrementar la musculatura comercial, lo que significa
fortalecer a los sectores productivos del país, es decir a la burguesía, cosa
poco probable en la Bolivia del proceso de cambio, que es radicalmente anti-capitalista
y anti-imperialista.
3) El intercambio
territorial, que depende de la habilidad boliviana para negociar y de la
predisposición chilena, ya que es iluso y absurdo creer que Chile esté
dispuesto a achicarse para que crezca Bolivia, puesto que Bolivia no solo se
haría con un acceso soberano a las costas del pacífico, sino que esto también
implicaría además obtener espacio marítimo soberano. Recordemos la máxima de
que entre Estados no hay amigos, sino intereses. Caso contrario en aras de la
amistad y el amor que nos profesamos los latinoamericanos, nuestros vecinos
jamás nos hubieran mutilado sistemáticamente, o en su defecto el Perú ya nos
habría regalado un acceso soberano al pacífico.
Basta de pan y circo, si en
verdad no son hechos a imagen y semejanza del los partidos neoliberales, dejen
de mentirle al pueblo y de crearle falsas ilusiones, pónganse a trabajar con
tesón para dejar atrás el tradicional modelo extractivista y rentista, y de
esta manera abrazar un modelo productivo que sea sostenible a largo plazo,
mejorando significativamente la calidad de vida de todos los bolivianos, que
tanta falta nos hace.
Texto; Romano Paz