Me disculparan ustedes, pero cansa darle tanta lata a la cuestión política, uno quisiera escribir sobre temas de cultura, arte, literatura, ocio, moda o ¿por qué no? de como la tecnología nos maravilla cada día. Pero es que verdaderamente sucede cada cosa en nuestro querido país, que uno no puede quedar sin inmutarse.
En la política como en la guerra,
solo los necios actúan por odio o por amor, el juego de poder político se
asemeja a un mega tablero de ajedrez, donde cada uno de los actores debe
calcular milimétricamente sus movimientos, a fin de obtener el máximo rédito,
en desmedro de sus contrincantes.
Si verdaderamente querían aguarle la
fiesta al presidente del Estado multiétnico y pluri-folklórico, tenían que
invitarlo y recibirlo en la afamada feria exposición de Santa Cruz, de la que
me imagino estamos orgullosos la gran parte de los bolivianos. Bastaba con que
los principales opositores se encarguen de organizar una comitiva de
bienvenida, que desnude real o artificialmente –cada quien vea según su propio
criterio- el grado de rechazo que tiene la política de Morales en esta parte
del país. Esto por supuesto en el caso de que este sujeto cometa la locura
política de participar de un acto público donde las masas son potencialmente
discordes a su gobierno. En este apéndice me dirijo a usted querido lector,
para preguntarle ¿quién controla a las masas, a las bases del partido, a las
juntas vecinales, a los movimientos sociales, a los indígenas, al ciudadano
común?, en teoría nadie, en la práctica siempre hay más de uno.
Grato favor el que le hicieron al
vetarlo, lo excusaron de participar de algo que le restaría puntos en su
campaña y que ni sus mejores escuderos sabrían recusar adecuadamente su participación
en tan bochornoso mitin. Le dieron los argumentos suficientes para que los
acuse justificadamente de fascistas, intolerantes e inclusive racistas, además
perdieron dos oportunidades mediáticas muy importantes:
Primero, vender la feria al mundo,
como vitrina de la Bolivia productiva, pujante, abierta, democrática, etc. Ya
que nuestros presidente es una celebrity mundial, y hubiera arrastrado obertura
de medios internacionales, lo que por inercia acarrea oportunidades de
negocios.
Segundo, la oportunidad de mostrar al
mundo entero el grado de rechazo que se tiene en buena parte del país, hacia la
política desarrollada por el actual gobierno.
Como de estrategia de política se
trata, no puedo evitar dar mi punto de vista, me centro en interpretar los
juegos de poder barajados por las partes involucradas e intento no tomar
partido. Así que les digo se aplazaron como actores político, cambien de
asesores, y si verdaderamente no entienden que en Bolivia la estrategia
política es medio turbia y sucia -situación a la que lamentablemente nos hemos
acostumbrado- dejen el espacio a otros menos pasionales y mas calculadores. Por
favor les pido, entiendan que no tengo nada en contra de nadie, la política yo
no la he inventado, y ciertamente puede
ser catastrófico no reconocer las torpezas.
Texto: Romano Paz (Politólogo)
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