Más que una cronología de sucesos
históricos, pretendo reflexionar entorno a variables políticas y sociales sobre el desarrollo de la cultura oriental de
Santa Cruz y la connotación de los luctuosos años de la guerra de
independencia, la apuesta me resulta arriesgada, pero probare meter las manos
al fuego.
Cuando Ñuflo de Chávez funda el
asentamiento de Santa Cruz de la Sierra un 26 de febrero de 1561, todavía no existía
una sola persona que pueda jactarse de ser cruceño, ya que la identidad cruceña
se desarrollaría a posteriori como el resultado de un abrupto y cruento choque
de civilizaciones, en el convergen idearios y paradigmas de los tres
continentes involucrados durante la invasión española a lo que hoy llamamos
América y Bolivia en el caso doméstico.
Es de esta manera que arbitrariamente
utilizo como hito el primer nacido vivo en Santa Cruz, para indicar que a
partir de allí recién surgirá la identidad cruceña, caracterizada por el mestizaje
intercultural, antes que por el intercambio exótico de genes, ya que muy
posiblemente para ese entonces los ibéricos habían intercambia su genes con las
lugareñas, pero sus descendientes no eran cruceños por que no existía tal
identidad, aprovecho el acápite para indicar que teorías de corte racistas (genética)
no deberían tener cabida en las ciencias sociales post-modernas.
En fin, pasaron los años y cuando ya iban
unas tres generaciones de cruceños, estos se vieron obligados en 1605 a
abandonaron su ciudad natal y se convirtieron circunstancialmente en migrantes
portadores de una identidad mestiza
fuertemente incrustada, llegaron a reubicarse en las cercanías a San
Lorenzo Real de la Frontera, en la actual Cotoca.
Luego de casi dos décadas de coexistir
ambos colectivos, de mutuo acuerdo se fusionaron en 1621, esta sería la última
migración oficial para aquellos cruceños hegemónicos que de a poco exportaron
su identidad a toda la región, como paso previo aplastaron de forma pacífica a la
floreciente identidad de los sanlorenzanos, quedando como mudo testigo de su
existencia, el nombre de la Catedral Metropolitana; Basílica Menor de San
Lorenzo.
Los cruceños coloniales debieron ser
bastante forajidos para resistir los embates perpetrados por las culturas
teocráticas locales que se resistían a la cruceñídad y a ser anexados a la
teocracia absolutista del Reino de España. Estos paradigmas justificaban el origen
divino de la máxima autoridad, es en función a este tipo de “manipulación política
de la fe”, que un colega de la ilustración afirma; “cuando el hombre piensa, tiemblan los cielos”.
El cabildo de 1810 representa la
ruptura de los cruceños con el paradigma
teocrático del poder y allana el camino para el pensamiento ilustrado, mismo
que rescata a los filósofos del periodo greco-romano, proceso al que Samuel P.
Huntington denomina “La Primera Ola de Democratización” y que llegó a Bolivia
con un democracia similar a la ateniense; excluyente y elitista.
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Texto: Romano
Paz
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