jueves, 25 de julio de 2024

Desafíos globales y el fin de nuestra era

 

En un hecho insólito y diametralmente opuesto a las tribulaciones de la sociedad posmoderna y transhumanista, somos testigos perplejos del auto aislamiento que se han impuesto los habitantes de la Isla Sentinel del Norte (océano indico), se trata de un paradigma enigmático que pone en entre dicho a la sociedad del conocimiento, ya que de los sentinelenses (así les llamamos arbitraria y unilateralmente), desconocemos su idioma, sus normas de convivencia y en general toda su cultura, lo poco que sabemos se debe a diversos registros y observaciones de campo, por así decirlo, sabemos que son pescadores y que accedieron a la era de los metales cuando en el siglo XX un barco mercante encallo accidentalmente en su costa, hecho que fue considerado hostil por los nativos que acto seguido desataron su furia contra los invasores, a tal grado que la tripulación tuvo que ser rescatada en una misión comando por las autoridades de la India  en medio de una andanada de fechas, menudo susto el que pasaron, no era para menos, casi pagan su afrenta con el precio más alto, la vida.

Resulta que los nativos de la isla Sentinel del Norte, que se estima habitan la misma  unos 60.000 años antes de cristo, han renunciado a todo contacto con la civilización, es por ello que tienen por buena costumbre asesinar a toda persona que desembarque en su territorio, ese fue precisamente el fatídico destino de dos desafortunados pescadores que se durmieron y que por azares del destino su pequeño bote terminó encallando en su costa, finalmente su última víctima conocida fue un incauto pastor que desembarco en la isla con la idea de predicarles el cristianismo, los marineros que le transportaron ilegalmente violando la zona de exclusión marítima impuesta por la India, declararon a las autoridades que desde la seguridad de bote escucharon que el pastor solo alcanzó a gritarle a los nativos; “Dios los ama”, acto seguido lluvia de flechas y (+).

En el otro polo tenemos a sociedad de la información y la hiper comunicación, que se basa en la pérdida de identidad, el sincretismo religioso y cultural, en el que las culturas foráneas dan lugar al nacimiento de nuevos movimientos artísticos (rap, rock, reguetón, reggae, etc.) y nuevas identidades como las tribus urbanas y el colectivo LGTBIQ+.

Otra de las características del mundo que habitamos es que nos acercamos a la sociedad distópica  de la novela 1984 y su Gran Hermano escrita magistralmente por George Orwell, actualmente los Estados (sobre todo los autoritarios), avanzan hacia el control total de la población, por ejemplo, y como viene pasando en los países nórdicos, avanzamos hacia una sociedad sin dinero en efectivo, y sucede que todo pago realizado mediante cualquier medio magnético o electrónico puedo ser rastreado, información que va directamente y en tiempo real a alimentar una gran base de datos, misma que  es estudiada a detalle con la minería de datos con fines comerciales y políticos, violando uno de los derechos humanos de primera generación, el derecho a la privacidad.

Otra de las características de esta era, es nuestra extrema dependencia del hardware y el software que modula y le da forma a nuestro mundo, y si sucediera (como algunos teóricos han profetizado), una tormenta solar que destruyera toda o casi toda la tecnología que hemos sido capaces de acumular, colapsaría el sistema financiero mundial y entraríamos de pleno en el MAD MAX (saga que plantea una sociedad post-apocalíptica), con múltiples crisis de Estados, Estados fallidos y en vastas zonas ausencias total de la presencia Estatal, donde el pez más grande se devoraría al más chico, prevaleciendo la justicia por mano propia.

A estos grandes desafíos globales debemos de sumar a la IA (Inteligencia Artificial), muy de moda en estos días y que ya está revolucionando la guerra en UCRANIA, ergo, infantería y unidades mecanizadas resultan ser presas fáciles para drones de bajo coste que están empezando a operar con esta tecnología de vanguardia, sobre esto último, más de un teórico afirma que estamos ante el nacimiento de una nueva especie y que aceleramos sin freno hacia el abismo, una era post humana.

¿Hay algo positivo en este caos?, no lo sé, si bien nunca antes había habido tanta gente conectada, escribiendo y leyendo al mismo tiempo, eso también conlleva sus bemoles ¿hay que analizar que escribe y que lee la gente?, por ejemplo, recordemos que muchos terroristas se han fanatizado accediendo a contenido disponible en la nube, mismos que bajo el modus operandi de células durmientes y lobos solitarios han burlado a diversas fuerzas de seguridad y han perpetrado crímenes que ni las mentes más perturbadas del séptimo arte han podido concebir.

Queda claro que urge regular este mundo digital para imponer límites a los gobiernos y a ese universo en permanente expansión que convenientemente llamamos tecnología, si no estamos a la altura de las circunstancias históricas, es posible que Skynet (sí, me refiero a esa inteligencia artificial que lidera al ejército de las máquinas en la mitológica saga de las películas de Terminator), o los sentinelenses terminen heredando la tierra.

Texto: Romano Paz (politólogo y filósofo)





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