Dado los altos índices de aprobación con los
que cuentan las autoridades subnacionales, con la excepción de la gobernación
de Cochabamba, el eje central del país se consolida como un espacio
eminentemente opositor, se trata de una cantera que posiblemente está incubando
al próximo presidente del país, esta situación representa una seria amenaza
para la continuidad del denominado “proceso de cambio”.
Frente a esta situación, debido al marcado
carácter autoritario de este gobierno, es lógico suponer que desde el ejecutivo
nacional se va a desatar una nueva espiral de polarización y confrontación en
contra de las principales cabezas de oposición, con la diferencia de que a la
judicialización de la política y la politización de la justicia para
defenestrar a la oposición, se le sumara la asfixia económica en todos los
niveles posibles, ya lo están haciendo con los medios de comunicación, tienen
en la mira a las ONG´s no alienadas con el discurso oficialista y se vienen los
recortes presupuestarios a las Entidades Territoriales Autónomas para evitar que
ninguno de los potenciales retadores de Morales se convierta en el mejor
alcalde o gobernador de la historia de Bolivia.
Por otro lado, el caudillismo casi mesiánico,
que ha elevado el culto de Morales a niveles teocráticos, deja al desnudo que
su figura es irremplazable e imprescindible para el proyecto hegemónico. Vale
decir, la reelección de Morales no es una alternativa, es la única vía para que
los grupos de poder incrustados en el entorno palaciego sigan manteniendo sus
privilegios y gozando de las mieles del poder.
A ello se deben las purgas internas
desencadenadas al interior del MAS para barrer a toda figura política que de
alguna forma pueda hacerle sombra al redentor de los bolivianos, como resultado
el Evismo es fuerte y el Masismo un apéndice, es decir algo absolutamente prescindible.
En la vereda de al frente, electoralmente
hablando, los opositores están dentro del coto de caza y tienen a Morales a
distancia de tiro. Evo Pretende reelegirse indefinidamente, pero lo amenazan; un
tal Patzi (42.75%), una tal Chapetón (53.5%), un tal Leyes (53.5 %), un tal Revilla (67.5 %) y un tal Costas (69.7%).
Texto: Romano Paz
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