viernes, 23 de mayo de 2014

Mar, pan y circo


 
El tema del enclaustramiento marítimo boliviano, ha sido usado a mansalva por todos los gobiernos de turno;

1) para levantar cortinas de humo y de esta manera distraer la atención pública, 2) para tratar de levantar la legitimidad de un régimen,

3) para levantar la imagen del gobernante de turno, y 

4) para despilfarrar sin sentido el dinero de los contribuyentes, ósea…, el de todos nosotros.

La posición chilena sobre el tema marítimo se ha mantenido inequívocamente en un contundente No, así de sencillo; No, o es que lo bolivianos No entendemos, o No tenemos memoria histórica.


 Tres vías tiene Bolivia para salir soberanamente al Mar;

 1) incrementar la musculatura económica y comercial, en lo que nos queda mucho trabajo por hacer, pues debemos considerar que Chile mantiene un ritmo de crecimiento económico similar y a veces superior al de Bolivia, a ello se debe que su que su PIB sea virtualmente 10 veces más que el nuestro, además de que las exportaciones chilenas solo en vino, frutas y salmón; son equiparables al total de las exportaciones bolivianas.


2) Incrementar la musculatura militar (que espero ni en sus más salvajes sueños se le ocurra a este, ni a ningún otro régimen entrar en una carrera armamentista), cosa que pasa previamente por incrementar la musculatura comercial, lo que significa fortalecer a los sectores productivos del país, es decir a la burguesía, cosa poco probable en la Bolivia del proceso de cambio, que es radicalmente anti-capitalista y anti-imperialista.

 
3) El intercambio territorial, que depende de la habilidad boliviana para negociar y de la predisposición chilena, ya que es iluso y absurdo creer que Chile esté dispuesto a achicarse para que crezca Bolivia, puesto que Bolivia no solo se haría con un acceso soberano a las costas del pacífico, sino que esto también implicaría además obtener espacio marítimo soberano. Recordemos la máxima de que entre Estados no hay amigos, sino intereses. Caso contrario en aras de la amistad y el amor que nos profesamos los latinoamericanos, nuestros vecinos jamás nos hubieran mutilado sistemáticamente, o en su defecto el Perú ya nos habría regalado un acceso soberano al pacífico.  

 
Basta de pan y circo, si en verdad no son hechos a imagen y semejanza del los partidos neoliberales, dejen de mentirle al pueblo y de crearle falsas ilusiones, pónganse a trabajar con tesón para dejar atrás el tradicional modelo extractivista y rentista, y de esta manera abrazar un modelo productivo que sea sostenible a largo plazo, mejorando significativamente la calidad de vida de todos los bolivianos, que tanta falta nos hace.



Texto; Romano Paz

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