viernes, 7 de diciembre de 2012

Interpelando paradigmas en Bolivia



Como preámbulo, quiero decir que un paradigma es una creencia socialmente aceptada como verdad, esto en un tiempo y espacio geográfico determinados.


Cuando los principales postulados de un paradigma entran en crisis, es reemplazado por otro; es decir, una nueva creencia socialmente aceptada como verdad.

Primer paradigma, el de los gobiernos de facto, que tenía como principales postulados doctrinarios e ideológicos:

a) el “Nacionalismo”

b) el “Paternalismo”

c) y el “Autoritarismo”.

En este contexto no resulta raro que quienes gobernaran fueran una serie de coaliciones militares que se sucedieron en el poder mediante golpes de Estado.

En la oposición se mantuvieron los partidos políticos de izquierda y derecha democrática, pues al ser presas de las vejaciones de las dictaduras, valoraron la democracia por encima de los extremos del fascismo o la dictadura del proletariado. El paradigma autoritario entró en crisis, los partidos políticos democráticos interpelaron el paradigma autoritario, entonces renace la democracia.


Segundo paradigma, se trata de una Democracia de Bienestar Social, donde el Estado cumple funciones de motor de la economía nacional y es dador de bie-nestar social, pues éste no persigue el lucro como lo hace la empresa privada.


Naturalmente  quienes nadan como peces en el agua en este medio son los partidos de izquierda. 


Este paradigma fue de los más breves en Bolivia, pues el gobierno de la UDP atravesó en un periodo aproximado de cuatro años por una hiperinflación acumulada, que bordeo el 10 mil por ciento.

En la oposición se mantuvieron los partidos de la derecha democrática neoliberal, que no desperdiciaron la oportunidad de hacer leña del pequeño árbol caído, interpelaron el paradigma y cambio de era otra vez.

  

Tercer paradigma, la Democracia Pactada, regida por una triada de partidos políticos de la derecha neoliberal. Éstos, en alianzas con atómicas fuerzas, rotaron en las tres funciones de poder que permite el sistema (oficialismo, aliado y oposición); y a la par redujeron al Estado y a sus partidos a la mínima expresión. 

"Renunciaron a la ideología y a la masa de militantes"

El paradigma entró en crisis, y quienes se mantuvieron en la oposición sin involucrarse en las acciones de gobierno fueron los grupos globofóbicos, la izquierda indigenista y los movimientos autonomistas, que interpelaron el paradigma; entonces sobrevino una nueva era.


Cuarto paradigma, el Proceso de Cambio que no puede concebirse sin indigenismo, neonacionalismo y la autonomía. Este atravesó por una lucha de poder interhegemónica, con resultados ampliamente conocidos. En este sentido, la vapulada oposición si quiere empoderarse tiene tres alternativas:

1) aliarse al oficialismo
2) mantenerse como oposición y demandar la reconducción del proceso de cambio
3) interpelar el paradigma con uno nuevo, todas de momento poco probables. 

El MSM ya probó la primera y ha cambiado a la segunda; en fin, cada quien decide el rol histórico a desempeñar.

Texto: Romano Paz

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