viernes, 25 de octubre de 2013

Poder y Haka, la danza infernal


El poder es un tema que ha fascinado por siglos a los investigadores sociales, al respecto quiero acotar que el poder es una realidad concreta e irrefutable, y como tal, está presente en todas las relaciones humanas, indistintamente de sus connotaciones positivas o negativas, la justificación ideológica en que este se ampare o la forma que este adopte, ¡existe!

Sucede que en los orígenes del ser humano, cuando este no conocía el lenguaje ni la escritura, una de las primeras demostraciones de fuerza y poder que hicimos como especie fue la danza, veamos. Resulta que para que las voces y cuerpos de nuestros antepasados se multiplicaran, estos en magna asamblea gritaban mientras danzaban golpeando piedras, cueros, huesos y palos de todo tipo en manada, no se trataba de orquestar una banda sonora, el objetivo era conformar una “masa crítica” que involucre a la mayoría de los individuos de la comunidad, a efecto de que semejante escándalo, produzca la ilusión de que participaban muchos más individuos, que los realmente disponibles, sea para la defensa o el ataque.

En muchas ocasiones estas acciones se ejecutaban con el rostro y el cuerpo cubierto de una serie de pintadas artesanales e improvisadas. Con todo esto, lo que se pretendía era dar la impresión de ser una especie de “ejército infernal”, con ello, nuestros antepasados buscaban espantar a sus depredadores naturales, además de ello, trataban de intimidar a los diferentes grupos y clanes rivales que pretendían usurpar sus recursos, territorio y fuerza de trabajo.


Sucede que este tipo de danzas ancestrales han sido conservadas por muchas civilizaciones del mundo como expresiones culturales y folclóricas. Al respecto, Elías Canetti describe en su libro “Masa y poder” la danza de la haka, que en nuestros tiempos contemporáneos ha cobrado fama mundial al ser ejecutada por la selección de rugby de Nueva Zelanda: los “All Blacks”. Los historiales de la haka son vastos, pues es ejecutada desde tiempos remotos por los aborígenes maoríes que habitan islas del océano pacífico como Nueva Zelanda, Samoa, Tonga, Fiyi e Isla de Pascua.


La haka originalmente era una danza de guerra que debía de llenar de pánico y miedo a todo aquel que la presenciara por primera vez. Es más, cuando una tropa maorí amiga se reúne con otra, ambas se saludan con un haka, y ello se hace con tanta seriedad que un espectador desprevenido teme que en cualquier momento estalle el combate.


En Bolivia, una de las danzas infernales milenarias que hemos conservado es el “Ritual ceremonial del tinku” que originalmente se decanta en un combate sangriento que suele terminar con bajas mortales. Queda demostrado que el poder está en nuestros genes y en nuestras tradiciones, la figura del noble salvaje precolombino pertenece a la literatura, no a las ciencias sociales. 

Texto: Romano Paz

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