Mucho se
parafrasea sobre las posturas, capricho y abusos ilegales del poder ejecutivo
central, acciones que deliberadamente quebrantan el orden constitucional edificado
con la con la sangre de olvidados mártires caídos. Valerosos ciudadanos que utilizando
sus pechos como escudo, atrincherados en principios y valores democráticos o socialistas
derrocaron las dictaduras mas funestas de nuestra historia.
Hoy luego de medio
siglo de historia democrática muy poco meditamos sobre la responsabilidad
institucional de la oposición en el sistema. Es que la enarbolada democracia
pactada que permitió dar gobernabilidad al país en los primero gobiernos de
este proceso, no fue mas un prolijo contubernio
para gobernar el país según el pragmatismo del día a día, situación que
termino destruyendo la credibilidad en la gran mayoría de los partidos
políticos que vieron nacer el orden constitucional democrático.
La ola autonómica se vislumbró como
una válvula de escape para los ciudadanos que no se sienten representados ni
identificados con los poderes ejecutivos y legislativos centrales,
convirtiéndose las regiones autonómicas en terceras vías de representación ejecutiva
a nivel departamental y opositora a nivel nacional, con lo que se consolidan y
legitiman políticamente las autonomías. Bajo ese contexto estos gobiernos
intermedios crean un órgano de defensa de la democracia (CONALDE),
prescindiendo de los partidos políticos opositores, pasando por alto que sin
partidos políticos no hay democracia, le allanan el camino al régimen oficialista
para que con claras pretensiones autoritarias arremeta con una nueva contraola
antiautonómica.
Valiéndose demagógicamente de principios y valores democráticos
convocan, con la colaboración de los principales partidos opositores a un mal llamado
Referéndum Revocatorio, ilegalmente convocado, ya que es ambiguo en su
interpretación y efectos vinculantes, la primera pregunta favorece
deliberadamente la continuidad del poder ejecutivo central, son de dominio público las serias denuncias
sobre alteraciones al padrón electoral y no solo no esta contemplado en la
normativa vigente, sino que vulnera los mecanismos de la ley marco que permite
convocar a un referéndum por iniciativa ciudadana o demanda popular.
La pregunta es si la gran mayoría de
los ciudadanos de este nuevo siglo, se
mantendrán dóciles ante gobiernos con orígenes democráticos, que asumen
actitudes autoritarias para coartar libertades políticas y civiles? Los
primeros atisbos muestran todo lo contrario, basta con recordar los caídos en
Cochabamba, los de la Calancha,
la retoma de Viru Viru, la batalla de Camiri, los cuatro referéndums
autonómicos, la lección de Sabina
Cuellar, por citar algunas de las principales derrotas del masismo y sus
aliados coyunturales en sus afanes verticalistas.
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