Mucho se ha
escrito ya sobre el tema, grandes son los aportes del histórico debate
ideológico, académico e intelectual. Sin embargo es necesario comprender que la
democracia es una mera creación del hombre, y por lo tanto, lejos de ser un
ideal absoluto, es más bien un sin fin de valores, principios e instituciones perfectibles
Nuestra identidad nacional, ha sido
forjada entre la colonización, la independencia, las dictaduras, afanes bélicos
y totalitarios, marcados por los nefastos senderos del autoritarismo, el uso abusivo y
arbitrario del poder. Por lo que estos últimos 25 años de Democracia
ininterrumpida en el país, llevan sello de sangre, dolor y lágrimas. Además de
arrastrar la histórica deuda social del Estado boliviano, un Estado manejado
por gobiernos en permanente guerra con su población, de los cuales el actual no
es la excepción.
La democracia, no se puede concebir
sin un Estado Pluralista, que garantice igualdad en derechos y obligaciones, a
la vez que respete y reconozca las infinitas diferencias de sus ciudadanos,
como muestra clara de la interculturalidad y la complementariedad de desiguales.
En palabras de Chantal Mouffe: No se vera
en el oponente un enemigo a batir, sino un adversario, de legitima existencia y
al que se debe tolerar. Se combatirán
con vigor sus idas, pero jamás se cuestionara su derecho a defenderlas.
En palabras del filósofo español.
Ortega y Gasset:
Ser
de la izquierda, es como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el
hombre puede elegir para ser un imbécil….
El fracaso de los enemigos y
detractores de la Democracia,
plantea el desafío y la necesidad de dotarla de contenidos sociales, económicos
y políticos, que le permitan migrar de una Democracia formal, hacia una plural,
participativa y con ciudadanía plena. Con el objeto de enfrentar los retos y
dilemas que dieron origen a los afanes verticalistas, autocráticos y
totalitarios de diestra y siniestra.
De persistir estas ineficiencias y
debilidades, debemos atenernos a los peligros del floreciente populismo, ya sea
este proveniente del fascismo intolerante por definición, o de una trasnochada
izquierda que ha perdido su consonancia, incapaz de pensar en términos de
adversario, al mejor estilo de guerra fría, desesperada busca torpemente encontrar
un enemigo al cual devastar y aniquilar[1], que le facilite un
ideario de justificación ideológico.
Santa Cruz de la Sierra, Noviembre 8 de 2007
texto: Romano Paz
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