martes, 11 de diciembre de 2012

De Parteaguas y Bifurcaciones



Si bien el Movimiento al Socialismo se erigió como primera fuerza política del país bajo el paraguas de un discurso populista de fuertes matices indigenistas y socialista, que abrazaban consignas que promovían la inclusión de los sectores sociales más empobrecidos e históricamente excluidos.

A la fecha podemos decir que los denominados ideólogos del pachamamismo, de la izquierda del siglo XXI, del indigenismo y de la inclusión social han sido relegados al rol de meros espectadores de un gobierno erigido sobre la reingeniería de Estado que ellos impulsaron, cristalizaron y plasmaron en la nueva CPE.

Pareciera que hemos llegado al fin de la historia, pues el denominado proceso de cambio ha quedado estancado en la dimensión netamente simbólica, ya que el MAS ha sido tomado, infiltrado, avasallado e instrumentalizado por una derecha oligárquica de pelaje más criollo que mestizo, pero igualmente fenicia, mercantilista y globalizada que sus antecesores oligarcas de cuello blanco. 

En términos masista, las logias de una derecha no tradicional se han apoderado del proceso de cambio y del instrumento de los pueblos y los movimientos sociales, estas logias por supuesto se han empodera en el MAS para gobernar en beneficio propio, una muestra de ello es la neo-rosca minero oligárquica que se encuentra maximizando sus utilidades al estar exenta pagar el IVA.

Estas elites neo-derechistas se encuentran subordinadas a los intereses de las potencias emergentes y sus principales transnacionales, por lo que de manera permanente su discurso es de confrontación, crítica y polarización hacia las principales potencias occidentales y sus transnacionales. Sin embargo de manera interna vienen actuando cada vez de forma más pragmática en beneficio propio, comportamiento que ha provocado una fuerte erosión del discurso y destrozado la coherencia ideológica del MAS.

El parteaguas ha resultado ser el conflicto acaecido en el Tipnis, ya que el pragmatismo desarrollista del poder ejecutivo ha desnudado la fuerte influencia en el gobierno Morales de una oligarquía neo-derechista que actúa al margen de los principales postulados del nuevo paradigma del “vivir bien”, incluido en la nueva CPE y que establecen una absoluta subordinación de los intereses nacionales a la protección y conservación de la tierra que asciende a la categoría de deidad al ser considerada una madre.

Ante semejante bifurcación, es lógico que muchos de los grupos que conformaron una mega coalición para llevar a Morales a la presidencia se desmarquen del MAS al no encontrarse ya representado por este partido, por lo que diversos ex-aliados se están reagrupando en nuevas organizaciones que están reconfigurando el sistema de partidos políticos en Bolivia, fenómeno que resulta por demás de positivo para la democracia, ya que esta se ve fortalecida cuando es nutrida con una oferta electoral variada capaz elevar las demandas de todos los sectores que conforman el tejido social.  

Texto: Romano Paz

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