martes, 8 de noviembre de 2011

Oposición y Resistencia


Referirse a la oposición es hablar de contraposición de criterios y acciones concretas que cuestionan la política dominante en un determinado tiempo y espacio, disonancias ideológicas que consisten en la oferta de alternativas al statu quo vigente, por lo que involucra dimensiones de polémica y conflicto.

Sin embargo, cuando un Estado se encuentra regido por gobernantes que ejercen el poder amparados en paradigmas de tipo autocrático, teocrático o totalitario, la oposición se ve obliga a refugiarse en la clandestinidad y se la denomina resistencia,  ya que de manifestarse abiertamente ante la opinión pública, es aplastada brutalmente, esto se debe a que no se la juzga por las acciones que haya llevado a cabo, sino por las acciones que podría ejecuta, ya que se la cataloga como un grupo células cancerígenas que podrían hacer metástasis contaminando al resto de la sociedad, iniciando de esta manera una ola de revueltas que amenace la continuidad del modelo o de la las élites que detentan el poder.

Como la historia está plagada de autoritarismo de todo tipo de pelaje, citaré algunos de carácter universal: tenemos el totalitarismo religioso de la iglesia católica y sus acólitos impuesto durante el oscurantismo (casi un  milenio). Posteriormente a ello vino el modelo absolutista y el despotismo ilustrado, impulsado por varias casas nobiliarias europeas para someter ideológica y coercitivamente sus vasallos y a las colonias de ultramar. En el siglo pasado experimentamos totalitarismo laicos, tales como el Nacional Socialismo de la Alemania nazi, el fascismo en Italia o el estalinismo de la Unión Soviética. Cabe destacar que los dos primeros y el tercero de forma análoga se consideraban enemigos acérrimos, resultando ser las dos caras de una misma moneda, ya que todos silenciaron a millones disidentes en la defensa fundamentalista del modelo que los amparaba en el poder.

Evidentemente, toda forma de gobierno se ve legitimada mediante la creencia de un pueblo en tiempo y espacio determinado, encontrándose muchas veces obediencia y subordinación voluntaria por parte de los gobernados, teniendo la oposición como alternativa; doblegarse ante los incentivos selectivos (billetazos), soportar los garrotazos (persecución) o mantenerse en la clandestinidad (infiltrase).
  
Por mucho que se extienda un paradigma, siempre existe la posibilidad de reclamar su reconducción del modelo, estas bifurcaciones permiten a la batuta del poder rotar hacia grupos considerados ideológicamente afines o que al interior del bloque oficialista surja la más febril oposición, esto se ve reflejado en Bolivia por los Sin Miedo y por diferentes bloques de masitas que están comenzando a cuestionar el rumbo que le ha dado el ejecutivo al proceso de cambio.

Finalmente, toda oposición para ser considerada como tal, no debe involucrarse en las acciones del gobierno, para lo que resulta vital mantener la pureza ideológica, preservar la identidad política y la cohesión interna,  ya que los gobiernos siempre buscan fragmentarla poniéndole el camino estrecho mediante la politización de la justicia y la asfixia económica.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Cambio y Recambio o Acción y Reacción

Debemos rendirnos ante la evidencia, Bolivia es un país altamente conflictivo en el que sus habitantes padecen una sed crónica de cambio. Veamos.
 

Cambio. A principios de los años 80 del siglo pasado estaba agotado el paradigma autoritario, paternalista y nacionalista del poder, modelo que permitió rotar (recambio) en el Poder Ejecutivo a varios gobiernos militares. La sociedad se indignó debido a los abusos y las múltiples privaciones, así es que se aferra al paradigma democrático (cambio) del poder y (reacción) apoya a la oposición clandestina, los partidos políticos.
 
De esta manera el 10 de octubre de 1982 recuperamos la democracia y asume la presidencia Hernán Siles con la Unidad Democrática Popular (UDP) y establece una economía de bienestar social con el apoyo de una coalición de partidos de izquierda; la gestión fue todo un fracaso y tuvo que acortar en un año el mandato llamando a nuevas elecciones presidenciales (acción), pues padecimos una hiperinflación que en tres años bordeó el 100.000 %; por instinto de supervivencia los bolivianos buscamos un nuevo derrotero (reacción).
 


Cambio. 1985 y el Decreto Supremo 21060 marcan el inicio de 20 años de modelo neoliberal y de democracia pactada. Quienes toman las riendas del nuevo paradigma (acción) y fuerzan el sistema hacia el recambio o la alternancia en el poder son aquellos partidos opositores a la UDP que se no se involucraron en las acciones de este Gobierno. Acción Democrática Nacionalista, Movimiento Nacionalista Revolucionario y Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (este último hábilmente se desmarco su alianza con la UDP) agotaron los roles de oficialismo, aliado y de oposición sin cuestionar jamás paradigma neoliberal y de democracia pactada, solo disputaba la conducción del modelo (acción). Agotado el ciclo de esta tríada partidaria, se llevan a la tumba a todos aquellos partidos que se involucraron en las acciones de sus gobiernos; indignados (reacción), buscamos un nuevo derrotero.
 


Cambio. En 2005, bajo el paraguas de un discurso de izquierda populista que abandera el indigenismo, el nacionalismo y la ‘globofobia’, asume Evo Morales la Presidencia. En su gestión se desmantela el modelo neoliberal y se lo remplaza por el de economía mixta y de bienestar social, entrando en una lucha interhegemónica de poder con las regionales pro-autonomía que no habían pactado con los gobiernos centralistas (acción y reacción). Las regiones opositoras sufren sendas derrotas debido a que carecen de un discurso que les permita disputar la conducción del modelo o reclamar la reconducción del proceso de cambio, por lo que sus alternativas se restringen a replantear el paradigma autonómico o remplazarlo por federalismo u independencia.




 
Recambio. Ante las grietas ideológicas y discursivas generadas en el interior del Movimiento Al Socialismo (MAS), debido a incongruencias como la carretera del Tipnis (acción), que resulta inconstitucional porque sus propios gestores en la nueva Constitución indican en el artículo 8 que uno de los objetivos nacionales es el “vivir bien”, entendido esto como la subordinación de los caprichos del ser humano y el capitalismo salvaje a la conservación de la naturaleza y el medioambiente, no resulta extraño que partidos afines como el Movimiento Sin Miedo demanden la reconducción del proceso de cambio o que al interior del MAS surja su más febril opositor (reacción).


Texto: Romano Paz

lunes, 11 de julio de 2011

El Mito de la Caverna de Platon


Para comprender esta alegoría, es necesario trasportarse a la inmortal Atenas de la antigüedad, que es el tiempo y espacio en que el Maestro Platón redacta su “mito de la caverna”.



Esta es una metáfora en la que interactúan Sócrates (maestro de Platón) y Glaucón (hermano de Platón), en ella se reflexiona sobre la situación del ser humano frente al conocimiento, haciendo referencia a dos mundos, uno de ellos es el mundo sensorial, que solo llegamos a conocer mediante nuestros sentidos y el otro es el mundo de la ideas, este únicamente asequible mediante el razonamiento.

En la metáfora, Sócrates le pide a Glaucón, que se imagine una caverna, cuya entrada abierta a luz, se extiende en toda su longitud, allí permanecen desde su nacimiento unos hombres prisioneros, encadenados y anclados de cuello y piernas, inmóviles solo pueden mirar hacia el muro de dicha caverna, detrás de ellos, a una cierta distancia y altura, hay un fuego cuyo resplandor los ilumina, y entre los cautivo y el fuego, hay un camino escarpado, por donde caminan unos hombres que cargan todo tipo de figuras -que los sobrepasan- con forma humana y forma de animales y de mil formas diferentes. Además, estos caminantes eventualmente sostienen conversaciones que los esclavos oyen sin comprender, de esta manera los cautivos nunca  han visto otra cosa que no sean las sombras proyectadas por el fuego, llegando a creer que estas son objetos reales.


Seguidamente, uno de los esclavos logra liberarse y es obligado a salir a la fuerza de la caverna (sube al mundo de las ideas), como le resulta muy complicado acostumbrarse a la luz, primeramente lo que más fácil distingue son las sombras, luego las imágenes de los hombres y de los demás objetos que se reflejan en el agua, por último los objetos mismos, llegando a percibir la policromía y la complejidad del orden cósmico. En el epílogo, el prisionero entra nuevamente a la caverna para comunicar la noticia a los prisioneros allí encadenados y enajenados desde su nacimiento, intenta explicarles que ha visto la realidad y que ellos viven engañados en un mundo falso de sombras, pero le toman por loco y se ríen del él.

Finalmente este intenta liberar a sus ex compañeros de ese mundo falso de sombras y los esclavos no vacilan en asesinarle. Con lo que el mito de la caverna es una metáfora de cómo los atenienses condenan a pena de muerte por envenenamiento por cicuta a Sócrates (el hombre más sabio de la antigüedad) debido a que este filósofo promovía un pensamiento crítico y escéptico respecto al mundo material y la realidad socio política de ese entonces.

Resulta que en ese entonces y como toda casi persona adelantada a su época; Sócrates le incomodaba a la oligarquía ateniense de su contexto, por lo que relativamente cerca al ocaso de sus días, este monumental filósofo es sentenciado a morir por envenenamiento con cicuta a sus setenta años de edad en un juicio de carácter político, fatídico episodio de la historia que es recogido en el fabuloso mito de la caverna que se encuentra redactado en el Libro Séptimo de la República de Platón.

A Sócrates se le atribuye la frase “Yo sólo sé que no sé nada”, pensamiento que le convierte en el hombre más sabio de la su época, ya que su racionalidad le permite tomar conciencia de que el mundo y todo aquello que nos rodea puede explicarse, solo si ascendemos al mundo inteligible, es decir, el mundo de las ideas.