Ante la inesperada consulta
que me planteo un colega-: ¿Cuál es su valoración sobre la tan mentada cumbre?,
me vi obligado a esbozar algunos planteamientos, que comparto en las siguientes
líneas.
Mi primera afirmación fue
la siguiente; hemos entrado en una nueva era, el mundo ha cambiado para siempre
y nunca más volverá a ser el mismo, lo que provoco que arrancara un par de
risas, entonces me propuse argumentar con mayor seriedad.
De ser correcto mi anterior
planteamiento un tanto profético, debemos esperar que a diferencias de las
muchas anteriores declaraciones emitiditas al finalizar cada una de las cumbres
del G77+China,
la declaración de Santa Cruz no sea un decálogo más de buenas intenciones. Para
lo que debemos esperar inevitablemente el paso del tiempo, ¡admito que espero
estar equivocado!
Como datos anecdótico, me
pareció gracioso escuchar al vice ministro de culturas Pablo Groux argumentar
que le cambiaron el nombre al pabellón USA de la Fexpocruz, porque no podía
recibir a sus invitados anti-imperialistas en un salón con el nombre del
imperio, justo el mismo día en que el presidente del Estado Plurinacional
dotaba a la policía de 8 motos Harley Davidson (marca icónica del imperialismo
norteamericano), para que sirvan de escolta
presidencial de los invitados especiales, debo admitir que la whipala se veía
soberbia al adoptar un aire de rockstar-plurinacional en las Harleys.
A lo anterior, debemos de
acotar la frase del presidente de Uruguay; José Mujica, que hablo de “acabar
con la cultura del despilfarro”, mientras su homologo de Bolivia, en contra
sentido, se encargo de obsequiar joyas de oro y plata de primer nivel a los
principales representantes de las delegaciones. Me parece que el oficialismo debe
de cuidar estos detalles para no caer en el pragmatismo, caso contario estamos
frente al vaciamiento ideológico del MAS, lo que significaría el inicio de su
declive.
Por otro lado, hay que
destacar que los tres niveles de gobierno trabajaron de manera conjunta detrás
de un objetivo en común, se invirtieron recursos extraordinarios e inesperados
para diezmar las deficiencias en infraestructura, salud y seguridad, me parece
que con unas tres cumbres más, se acabarían nuestros principales problemas.
Si apostáramos de la
misma manera, por ejemplo; por el turismo, otra sería la historia de Santa Cruz
y la de Bolivia, mientras esto no ocurra, los ciudadanos debemos atenernos a
que nuestras necesidades se solucionen; ¡de cumbre en cumbe!
Texto: Romano Paz
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