De conservadurismo y contrincantes

Dos buenas gestiones, sumadas a la postura de rebeldía y de contestatario con el oficialismo en el caso de Rubén Costas, y de irreverente en el caso de Percy Fernández, les ha permitido a ambos consolidar un liderazgo prácticamente hegemónico en sus feudos electorales.

En el caso de Rubén Costas, si declina en su candidatura presidencial, la posición más cómoda es postularse nuevamente para gobernador, para lo que debe sortear el escollo de que la asamblea legislativa departamental lo habilite para un tercer mandato, pues como fuerza política unitaria no tiene los dos tercios requeridos para tal fin. 

Otra de sus alternativas es proyectar y visibilizar a un sucesor, siguiendo la misma receta de Ernesto Suárez en el Beni que se convirtió en jefe de campaña de Carmelo Lens.

Percy Fernández tiene como única plaza electoral el municipio de Santa Cruz y goza de tanto apoyo electoral que puede ganar las elecciones municipales indistintamente de la fuerza política con la que participe, por lo que sorprende verlo cercano al MAS, ya que electoralmente es un alianza que unilateralmente favorece a este partido, salvo que existan otro tipo de acuerdos. 

Ambos casos nos muestras que el comportamiento electoral cruceño es bastante conservador, sin embargo sorprende la proyección municipal y departamental del senador Germán Antelo, esto vislumbra que con una buena estrategia y campaña electoral podría convertirse en un contrincante de peso en la plaza electoral que se postule. También sorprende la vigencia de Oscar Vargas, esto a pesar de que ha estado fuera de sus funciones bastante tiempo.
 

 
La encuesta nos demuestra que por lo menos en el plano departamental y municipal, el MAS no tiene cabida y cuenta con pocas o nulas posibilidades de hacerse con alguno de estos emblemáticos gobiernos, ya que su principal alfil; Reymi Ferreira, se encuentra cuarto en una lista de cinco en el plano departamental y en el municipal no figura.

Finalmente, la política es el arte de lo posible, por lo que la pregunta no es si habrán sorpresas, sino: ¿cuáles serán?, pero esto ya pertenece a futurología.