lunes, 4 de noviembre de 2013

El contrapoder

Texto: Romano Paz

El contrapoder se caracteriza por cotejar criterios y ejecutar acciones que afectan la política dominante, por lo que sus acciones involucran dimensiones de polémica y conflicto, este suele manifestarse de varias formas, veamos:

La oposición interna, que se encuentra conformada por fuerzas alternativas que se manifiestan como adversarias del oficialismo, pero cuestionan poco el orden establecido, solo reclaman para sí la reconducción del modelo, son ideológicamente similares al oficialismo, por lo que le disputan el eje discursivo y el mismo mercado electoral. Son fuerzas conservadoras y su alternancia en el poder es sinónimo de continuidad.

La disidencia, que se gesta al interior de una organización y que suele confabular y conspirar desde sus entrañas para tomar las riendas de la estructura de poder. Puede obrar de manera pragmática motivada por la ambición de poder, también pueden reivindicar ciertas reformas o estar en contra de algún tipo de reformas implementadas por la cúpula dirigente. La disidencia no suele ser my combativa, por lo que en infinidad de ocasiones opta por desmarcarse y mantenerse silenciosa en el ostracismo para evitar posibles represalias, en caso de lidiar con regímenes autoritarios e intolerantes, suele optar por el exilio. 


Si la disidencia reclama la dirección de la organización y logra su objetivo, se convierte en el nuevo bloque de poder instaurado. También pueden desmarcarse de la organización y crear una estructura de poder paralela, o en su defecto aliarse con algún bloque de la oposición interna, para reclamar para sí, la legítima representación de los intereses, principios y valores que sostienen orden establecido.

Finalmente tenemos a la oposición externa que se encuentra conformada por una o varias fuerzas alternativas, que además de ser adversarias del oficialismo y pretender hacerse con el gobierno, cuestionan el modelo vigente y reclaman la instauración de un nuevo derrotero. 

Son ideológicamente antagónicas al oficialismo y a la oposición interna, por lo que plantean un eje discursivo alternativo. El incremento de su base de seguidores y militantes, tiende a ser inversamente proporcional a la aceptación del statu quo. Es decir que a más desgaste de este, mayor descontento y por lo tanto, la oposición externa se presenta cada vez más como una alternativa real.

De la calidad de los diferentes tipos de oposición, depende en buena medida la salud del sistema democrático.

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