Al convertirse los nómadas en sedentarios, estos
crean los primeros asentamientos humanos, surgiendo el “Estado” en su forma más
incipiente, que evoluciona primero hacia “Aldeas”, mismas que luego con la
incorporación de mano de obra esclava edifican las primeras construcciones
megalíticas y surgen las “Ciudades-Estado” que cuentan entre otras cosas con
una milicia, que de no colapsar por factores internos o externos evolucionan
hacia “Estados Imperiales” mediante la expansión geográfica que implica la anexión de otros asentamientos,
Ciudades Estado o Estados vecinos.
Surgiendo de esta manera el Estado en forma más
compleja, ya que además de contar con fuerza coercitiva permanente, debe
administrar jurídica, política y económicamente a una población dispersa en una
amplia área geográfica, siempre bajo una determinada estructura de poder, que
debe de proteger las fronteras, a la par de mantener el orden interno regulando
la convivencia de sus habitantes imponiendo diferencias sociales, sistema de
impuestos, ritos culturales, credo religioso, etc.
De acuerdo a Fernando Savater, en términos
generales, los padres de la colectividad tienen que ofrecer fuerza y
conocimiento para hacerse obedecer. Deben de ser hábiles cazadores, feroces
guerreros, brujos poderosos, grandes constructores de edificios y obras
públicas, ser capaces de derrotar a los enemigos, prevenir las inundaciones y
las sequias, zanjar las disecciones entre facciones opuestas o entre intereses
individuales, y además tienen que inventar fiestas en las que los miembros del
grupo se sientan ligeros, libres de rutinas y de trabajos, fundidos con los
demás en juergas sublimes… ¡Uf, no les falta trabajo, no, a los Padres de la
Patria¡ Pero en fin, para eso les pagamos.
Otro aspecto a considerar es que para garantizar el orden y
mantenimiento del statu quo, para todo régimen siempre ha sido necesario
encontrar y exagerar enemigos internos y externos, y estos han variado desde
fenómenos naturales como el terremoto y el fuego, hasta divinidades como el sol
y diferentes demonios, pasando también por los grupos disidentes, los críticos
del modelo y los opositores al régimen, también han servido como ideología
aspectos raciales como la pureza y nobleza de una raza, otros como la lucha de
clases sociales o la forma de gobierno. Esto por citar algunos ejemplos, ya que
en esta materia quienes han ostentado el poder históricamente han destacado por
su inventiva.
No en balde Friedrich Nietzsche
afirmaba que el
Estado es el nombre que se da al más frio de todos los monstruos, pues éste miente
con toda frialdad y de su boca siempre sale esta mentira: “Yo,
el Estado, soy el pueblo”
Texto: Romano Paz
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